(16 de junio) La empresa NRG Argentina, dedicada a la provisión de arenas para fracking en Vaca Muerta, solicitó formalmente el concurso preventivo de acreedores ante la Justicia Comercial de la Ciudad de Buenos Aires. La medida llega tras meses de recesión productiva, despidos masivos, conflictos laborales y una fuerte caída en la demanda de su producto principal, lo que derivó en serias dificultades financieras para la compañía con sede en Allen, Río Negro.
En un comunicado enviado a sus proveedores, NRG justificó la decisión como un intento por “preservar la continuidad operativa, sostener los puestos de trabajo no afectados y garantizar un trato equitativo a todos los acreedores”. Según la empresa, en 2024 solo logró procesar 600 mil toneladas de arena, muy por debajo de su capacidad óptima de 1,5 millones. Esto, según su propio diagnóstico, se debió a la cancelación o postergación de contratos por parte de operadoras del sector.
El conflicto laboral fue constante durante los últimos meses: en 2024 la empresa despidió a más de 180 trabajadores, y recientemente a otros 42, lo que generó protestas por parte de la UOCRA. La firma, que llegó a contar con 800 empleados, hoy tiene en plantilla a la mitad. A estos problemas se suma la incertidumbre legal: el juez a cargo del Juzgado 30, Secretaría 60, aún evalúa la documentación presentada para aceptar el pedido de convocatoria.
El panorama financiero de NRG se complica aún más por antecedentes judiciales. En 2023, sus directivos fueron procesados por una causa federal de lavado de activos y fraude aduanero, tras una investigación que reveló operaciones sobrefacturadas por más de 90 millones de dólares. El caso fue denunciado por el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, y derivó en allanamientos tanto en Buenos Aires como en Allen.
La solicitud de concurso preventivo abre una etapa crítica para la empresa, sus trabajadores y el ecosistema de proveedores del sector energético. Mientras tanto, el proceso judicial deberá determinar si la compañía logra acordar con sus acreedores y evitar la quiebra, en un contexto donde la actividad petrolera también enfrenta tensiones por la desaceleración de inversiones y producción en Vaca Muerta.