(5 de junio) El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) atraviesa momentos de extrema preocupación ante lo que sería la inminente publicación de un decreto del Gobierno nacional que habilitaría una ola de despidos masivos, el cese de todas las becas vigentes y la reestructuración profunda del organismo.
Según trascendidos, la medida impulsada por el ministro de Modernización, Federico Sturzenegger, implicaría la salida inmediata de entre 800 y 850 trabajadores que no forman parte de la planta permanente, con la intención de alcanzar los 1.500 desvinculados en una segunda etapa mediante retiros voluntarios.
En este contexto, se convocó a una asamblea urgente en el INTA Castelar para este jueves, con el objetivo de organizar una movilización nacional en defensa del organismo. “Este decreto apunta a vaciar al INTA y dejarlo en manos del negocio inmobiliario rural y urbano”, alertó José Perea, delegado de ATE en Castelar, quien señaló que la medida afectará gravemente a agencias de extensión, centros experimentales, institutos de investigación y laboratorios.
El posible decreto también contemplaría el cierre de agencias en el interior, la fusión de centros regionales, y el cese de casi 400 becarios, lo que comprometería cientos de investigaciones en curso. Además, se planea el traspaso del sistema de extensión tecnológica a las provincias, sin consulta ni acuerdo con sus autoridades. La modificación del sistema de gobernanza del INTA, actualmente compartido con productores, universidades y el Ejecutivo, también estaría en carpeta para allanar el camino a esta drástica reforma.
El Consejo Directivo del INTA, que debía sesionar esta semana, permanece en silencio ante la incertidumbre. Trascendió que las internas dentro del Gobierno entre posiciones más moderadas, como la del Ministerio de Economía, y el ala dura encabezada por Sturzenegger, se saldaron a favor de este último. La comunidad científica, técnica y gremial espera con tensión la oficialización del decreto, mientras se prepara para resistir lo que consideran el mayor ataque al INTA en su historia.